jueves, 29 de noviembre de 2012

LA TELEVISIÓN Y EL CAMBIO DE VALORES







La transmisión de valores es uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona. Aunque los valores se inculcan ante todo en el núcleo familiar, el adolescente los aprende en todo lugar o ambiente donde emplee su tiempo. También espera encontrarlos en la televisión por ser el que más fuerza e impacto tiene sobre las personas. Para el adolescente la difusión por televisión de ídolos reales como Maradona y Britney Spears lo hace caer fácilmente en lo ordinario, vulgar y lo lleva a defender conductas desvergonzadas. Y se crean hábitos más “modernas” e “informales”.

El problema está en la forma como la televisión presenta los valores al adolescente. Los ejemplos y modelos a seguir (mujeres semidesnudas, la utilización de vocabulario no adecuado, la presencia de jóvenes que escapan de la escuela para irse a divertir, entre otros) son en la mayoría de los casos nocivos para una mente y espíritu en desarrollo. Las actitudes, las opiniones o comportamientos que se transmiten por televisión no siempre ayudan a dignificar a la persona, sino que la ridiculiza, degradan o someten, entonces se habla de difusión de antivalores.

Y cuando la televisión transmite valores rescatables estos sufren frecuentes maltratos al ser presentados por héroes que generalmente son individuos rudos y violentos como en el caso de Rambo o Rocky. Entonces se confunde la bondad con la impotencia. Casi nunca se ve el heroísmo que la bondad implica.

Y aunque muchos dicen que la televisión transmite siempre lo que el público les pide, las diversas protestas demuestran lo contrario, que la televisión no emite habitualmente lo que el público quisiera ver.

La televisión no busca Dar una lección de buenas costumbres  de moral, y se olvida que los adolescentes necesitan principios fundamentales de honestidad, veracidad y rectitud de conciencia.

INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA




Los medios masivos de comunicación como: la radio, la televisión, los diarios, revistas, el cine, y la Internet son instrumentos, cuyas funciones principales son informar, educar, animar y distraer. Como cristianos, resulta importante que conozcamos las formas subliminales en que los medios operan en las personas, influyendo en su manera de pensar y de actuar. También es fundamental que conozcamos como interpretar críticamente las ideologías dominantes y antivalores que nos ofrecen.

a. El tipo de familia que ofrece la televisión: 

El escritor argentino Julio Mafud, en su libro hace un análisis sociológico y sintetiza el modelo de familia que promueve la televisión. Según él, se trata de una familia reducida, con unos padres absorbido por sus trabajos fuera del hogar. A veces, como lo hemos indicado en las primeras páginas de este capítulo, la situación socioeconómica de nuestros países tercermundista obliga a los padres a tomar dos o tres empleos, lo que agrava la situación. El “dulce hogar” se ha tornado en la “carga del hogar”. Así las cosas, los hijos se tornan en “succionadores” de los medios que saturan sus mentes ofreciéndoles un amplio panorama de opciones para pedir y nunca estar satisfechos. Perdido el control de los hijos, los padres ya no son los que orienta sus gustos, no dan pautas a sus vidas. Hasta la línea que divide lo permitido de lo prohibido se torna casi imperceptible.


LA IDEOLOGÍA QUE PROMUEVE LA TELEVISIÓN


La ideología que promueve la televisión



Ya nadie puede dudar que la televisión sea hoy, el medio masivo de comunicación que mayor impacto tiene en la sociedad. Se ha dicho que “en nuestra era electrónica, podríamos cambiar el lenguaje popular dime con quien anda y luego te diré quién eres, por dime cuántas horas por días pasa frente al televisor y te diré qué esperas de la vida y de tus semejantes. Vivimos en una “cultura de masas”, entendiendo por ello el producto de toda una tecnología al servicio – teóricamente – de la comunicación humana. Decimos teóricamente porque, aunque suene contradictorio, muchas veces lo menos que hay es comunicación. Como se ha señalado los medios de comunicación “sustituyen cada vez más al diálogo entre el género humano, que es la base de la convivencia humana y del vivir democrático”.


Por ende, nos lleva a cuestionarnos ¿Cómo influyen los medios masivos, particularmente la televisión, en el pensamiento y la acción del individuo? ¿De qué maneras la televisión muestra la realidad? ¿Cómo funcionan los mecanismos de desinformación? ¿Cuál es la ideología dominante y sexista de la publicidad? ¿Qué tipo de sociedad propone? ¿Cómo podemos desarrollar una actitud crítica para ver televisión, publicidad, cine, internet, y no ser absorbido por ella? Para responder a estas interrogantes es necesario estudiar la televisión como medio de comunicación. La televisión conlleva un doble efecto. El primer efecto, al que se puede considerar denotativo, tiene que ver con lo objetivo y explícito, es decir, lo que concretamente ofrece un mensaje determinado. Pero, hay otro al que se puede llamar connotativo, que contiene un mensaje implícito que añade o sugiere significados que apuntan a otras ideas y sentimientos.


sábado, 10 de noviembre de 2012

INFLUENCIA DE LA TV EN LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES





Los niños son excelentes imitadores, incluso durante los primeros meses de vida, los infantes pueden remedar las expresiones faciales de las personas que los cuidan. Los niños aprenden a comer, vestirse, utilizar el sanitario e interactúan con los demás. Gracias a que sus padres y otras personas constantemente les muestran cómo se hacen esas cosas; los niños no son especialmente selectivos en lo que imitan, a muchísimos padres se les recomienda que cuiden su vocabulario cuando sus pequeños de tres años dicen una mala palabra en un momento de frustración. A veces parece como si nada escapara a la atención de los niños pequeños, aunque la imitación no es el único mecanismo de aprendizaje que tienen los niños, es el primero y sienta las bases de aprendizaje futura. Como los niños imitan permanentemente a la gente que los rodea, es lógico que también imiten a las personas que ven en la televisión o en el cine.
Los niños pequeños no son los únicos que imitan a los personajes de la pantalla, parece que en la actualidad muchos adolescentes hicieran sus compras en las mismas tiendas. A lo largo de la vida imitamos a los demás para aprender cosas nuevas y reforzar nuestra identidad con un grupo particular. Con cierta frecuencia se oyen historias acerca de niños que terminan trágicamente, al imitar algún personaje que han visto en los medios de comunicación ejemplo, un niño de cinco años que le prendió fuego a su casa y causó la muerte de su hermana de dos años, después de haber visto un episodio de dos pre-adolescentes estúpidos que disfrutan realizando actividades antisociales; un grupo de adolescentes que causó un accidente al imitar la escena de una película en el cual varios jóvenes demuestran su valor acostándose sobre una autopista; un niño de trece años que se disparó en la cabeza mientras estaba jugando a la ruleta rusa que había visto en una película. Todas estas historias son trágicas pero afortunadamente no se presentan a menudo.
En cuanto a los efectos que produce en los niños la violencia que muestran los medios de comunicación, si la imitación fuera la única forma de aprendizaje o lo fundamental, la guía de televisión de hoy serviría para predecir los titulares del mañana.

La violencia en la televisión y el cine es perjudicial para los niños. Cuarenta años de investigación han llegado a la conclusión de que la exposición repetida a niveles altos de violencia en los medios de comunicación les enseña a algunos niños y adolescentes a resolver los conflictos interpersonales con violencia, y, a muchos otros, a ser diferentes a esa solución. Bajo la tutela de los medios de comunicación y a una edad cada vez más temprana, los niños están recurriendo a la violencia, no como último sino como primer recurso para resolver los conflictos.
Los niños que ven televisión durante más horas son más agresivos y pesimistas, menos imaginativos y empáticos, tienden a ser más obesos y no son tan buenos estudiantes como los niños que ven menos televisión. Cada vez es mayor la preocupación por el hecho de que se ha mantenido oculta la "historia real" de la violencia en los medios de comunicación y sus efectos en los niños.
Las raíces de la violencia de nuestra sociedad son complejas. Como sabemos, entre ella están la pobreza, el abuso infantil, el alcoholismo y el uso de las drogas psicotrópicas, pero también debemos tomar en consideración el papel que desempeñan las imágenes que nuestros niños ven en la pantalla durante las tres horas y media que diariamente le dedican a la televisión.
Cuando los padres permitimos que nuestros hijos vean horas enteras de violencia irracional, no estamos viviendo de acuerdo con nuestro compromiso de proteger y formar a nuestros hijos. Los niños están siendo lastimados. Son lastimados cuando son víctimas o autores de una violencia insensata, que los medios de comunicación exaltan. Son lastimados cuando ven el mundo como un lugar corrupto y aterrador, en el cual solamente los bienes de consumo proporcionan satisfacción y paz mental. Son lastimados cuando se vuelven tan dependientes de las ráfagas de las armas de fuego y de los efectos visuales prefabricados que ya no pueden inventar sus propias imágenes o soñar sus propios sueños. Es hora de dejar de lastimar al sector más vulnerable de nuestra población. Es hora de empezar a proteger a nuestros hijos.

2. Los adolescentes y la televisión:


La forma de pensar de los adolescentes experimenta una revolución que se inicia, aproximadamente, a los once (11) años. Los niños más jóvenes pueden captar puntos de vista ajenos siempre y cuando sean conocidos y verificables. Los adolescentes pueden tomar en consideración diversas perspectivas acerca de casos hipotéticos y ajenos a su experiencia.
No todos los jovencitos de quince años piensan como los adultos, y no todos los adultos alcanzan la etapa de las operaciones formales. Sin embargo, en la adolescencia el razonamiento deja de centrarse en lo obvio y adquiere consciencia los aspectos más complejos. Esta manera más profunda de ver la vida tiene una relación importante con la manera en que los adolescentes entienden los mensajes de los medios de comunicación.
La televisión no es el medio adecuado para fomentar el desarrollo intelectual que produce adulto reflexivo. Unas de las tareas de la adolescencia es desarrollar el sentido de la continuidad y el contexto histórico.
Mientras que el cine trata de vez en cuando problemas complejos, la televisión no suele hacerlo. Esto es evidente en los noticieros, cuando son adolescentes, ven noticieros más frecuencia que cuando eran más niños, la realidad es que los noticieros son sólo otra forma de empaquetar entretenimiento.
En realidad, los medios de comunicación y en particular la televisión, no les proporcionan a los adolescentes las experiencias que les podrían ayudar a desarrollar sus procesos de pensamiento y a sentir que están en un mundo racional. Los padres que alimentan a sus hijos adolescentes a que piensen detenidamente modelándoles la reflexión y esperando que actúen de la misma manera, favorecen el desarrollo intelectual.

sábado, 3 de noviembre de 2012

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LOS JÓVENES

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LOS JÓVENES
Hoy en la actualidad, vivimos en una sociedad bombardeada por diferentes medios de comunicación. Desde la televisión hasta la radio, desde los materiales impresos hasta el internet, tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de información y entretenimiento. Muchas compañías de publicidad se concentran específicamente en los adolescentes. A pesar de que existen muchos otros medios de comunicación que llegan a nuestros hijos, debemos de tener en cuenta dos especialmente importantes:
¿Qué es lo que la Familia Puede Hacer?
·                          Ponga límites al número de horas y la hora del día en que sus hijos ven televisión y que tienen acceso la computadora/Internet. Considere usted hacer lo mismo.
·                          No permita que sus hijos tengan una televisión o computadora en sus habitaciones.
·                          Enseñe a sus hijos como evaluar sus propios hábitos de uso de los medios de comunicación.
·                          Aproveche de los programas que existen para bloquear programas de televisión en cable y en la computadora. Visite las siguientes páginas electrónicas que le proporcionarán programas para bloquear el Internet: www.getnetwise.org ywww.icra.org. Póngase en contacto con su compañía de cable para mayor información sobre programas para bloquear acceso a la televisión.
·                          Asegúrese que sus hijos hagan sus tareas de la escuela y de la casa antes de ver televisión o utilizar la computadora.
·                          Prohíba a sus hijos dar información personal o de identidad (ni siquiera el nombre de la mascota de la familia) a extraños cuando estén utilizando el Internet.


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